Lo que canto es para mí porque no sé bien qué quiero ni donde tengo que ir si me siento mal o bueno y no estoy seguro si todo lo que ando tramando lo hago porque ese es mi fin o para pasar el rato. Lo que canto es porque yo no comprendo qué me pasa cuando tengo que salir prefiero quedarme en casa Siempre he sido un poco huraño No me interesa la gente y quisiera estar callado casi indefinidamente Canto porque no esperaba que esto fuera mi futuro Ojalá cambie mañana, porque así no vale un duro. ¿Dónde quedan las promesas y los coches voladores? Son mentiras de poetas y telepredicadores Pienso en la felicidad más de lo que debería y en cómo se ha de buscar y otras muchas tonterías, pero luego en realidad, creo que por culpa mía, nunca la llegué a alcanzar. No pasé de la teoría Canto todo esto de mí porque nadie más lo hace y no se pueden decir ciertas cosas por la calle. Pero te puedo mentir y contar que las invento o que son de algo que leí y así me sigo escondiendo Es terrible ver tu vida a través de la ventana y descubrir lo que creías que era algo, y que no es nada Todo visto en perspectiva no tiene significado y así, desde el primer día sólo es un final muy largo.

Qué difícil es que yo haga canciones alegres sin parecer un inocente, un gilipollas, o algo peor Pero creo que si siempre he escrito lo que pienso debo decir que estoy más contento sin comprender qué es lo que cambió. Si sigo igual y todo lo más seguro es que vaya mal. Al menos, no sé como, lo asumí y punto. Que hay veces que no puedes decidir y punto, esto es así Aunque ya verás que esto es un ciclo, solamente y cuando menos me lo espere como empezó también va a acabar con normalidad el tiempo pasa a su manera, hasta que llega un día cualquiera y luego ya, deja de pasar Yo trataré, de mientras, de no joderla mucho con quién me demuestra estar ahí y punto, haciendo que parezca más feliz y punto, mostrándome qué puedo conseguir. A los que siempre debo agradecer las cosas que me han obligado a hacer.

No estoy habituado y no sé reaccionar al exceso de optimismo y de vitalidad Y aunque lo administro y no lo llevo mal creo que me resisto a cambiar. Y mientras la gente allí sigue bailando yo pienso en el día en que voy a perderlo todo Ya que me he acercado a la felicidad ahora tengo miedo de verdad. Quizás necesito algo, me da igual que me salve de mí mismo por variar Y mientras la gente allí sigue bailando yo pienso en el día en que voy a perderlo todo y cierro los ojos, voy dándome cuenta que estoy asustado. Y mientras la gente allí sigue bailando yo pienso en el día en que voy a perderlo todo

No sé que es lo que he hecho yo para quedarme así ¿por qué siempre al final me toca joderme a mí? En toda situación, ya lo haga bien o mal, desde el primer momento voy derecho a fracasar Me lo merezca o no, por causa del azar mi mundo se conduce al margen de mi voluntad. Si tengo que elegir, nunca sé que escoger y voy viendo la vida que se va echando a perder Sentado en mi lugar de trabajo habitual he recordado que hace como una semana o dos estaba en lo mejor, o al menos me olvidé durante algunas horas todo lo que me rodea. Ni así fui yo capaz de dejarme llevar. De chico me extirparon algún órgano vital y desde entonces ya sólo puedo imitar todo lo que hacen otros, sin hacerlo de verdad He vuelto a meter la pata. Ya enseñé todas mis cartas. Ya no me puedo esconder. Si ahora quiero que no se note, cumplir expectativas o hacer el carajote, me lo tengo que currar. Y puede que abandonar no vaya a ser una opción Pongo la televisión sólo para escuchar algo de ruido que me tape el silencio brutal que tengo en el salón a la hora de acostar. Está lloviendo fuera, y no habrá nadie por la calle Escribo una canción que me queda fatal. Perfecta para el disco de Que bailen los demás. Dejo el ordenador, me tiro en el sofá, me rasco la entrepierna, y miro la publicidad Me duermo sin querer. Me despierta al pasar un coche que lleva la radio a todo lo que da Y tú sigues aquí, presente sin estar, flotando como el humo en una cámara de gas. Ya sé de que va la cosa. Aprendí de las derrotas cuarenta años después. Y es que es mejor no esperar nada, y así no te hacen daño las cosas que se acaban Ya llegará alguna más para volver a empezar. Cada segundo es peor

Me acuerdo constantemente de ti y ya lo habrás notado Y aunque nunca me atreva a decir que en todo lo que hago sales tú de una u otra manera puede ser que te hayas dado cuenta ¿Y qué piensas de mí? No lo sé Jamás te he preguntado ¿Crees que soy un triste, o tal vez que me quejo demasiado? Yo comprendo que puedas cansarte de mi trascendencia interminable Pero entiéndeme tú a mí: me lo has dado todo. Que no soy como antes porque de algún modo con lo que me enseñaste y con tu ejemplo poco a poco descubrí cosas que no sabía. Pero entiéndeme tú a mí: soy bastante raro, con cientos de complejos y me hiciste caso quedándote conmigo en el momento cuando te necesité. Y muy egoístamente no te quiero perder.

Si por casualidad alguien oyera esto y dentro de mil años existiera algún invento que le permita desplazarse por el tiempo, que venga a salvarnos mientras pueda hacerlo. Pero mis palabras se las habrá llevado el viento y no habrá servido de nada todo el esfuerzo. O bien no queda nadie en el futuro para hacerlo y Kang es el señor de todo el universo, y tiene a la antorcha humana en un bloque de cemento. Ni siquiera la alianza ha podido detenerlo. Y se acaba la película y los malos van venciendo. Y si alguien del futuro casualmente oyera esto, que venga a salvarnos, que me salve a mí primero, que me salve a mí primero. (Autor hasta aquí: Juan Ramón Rodríguez Cervilla) Es una lástima que nadie haya salvado al J, aunque según la sociedad, no le fue mal la cosa Ahora es un hombre respetable, un adulto serio que hace canciones anodinas y vive de ello. Y es imposible ser el mismo 20 años es mucho tiempo y si todo estaba oscuro sigue estando más o menos de una manera práctica lo venimos resolviendo Y ahora los del futuro somos nosotros y aquellos esperan que les salven y nosotros no sabemos y nosotros no sabemos